Estación de trenes
Pese al medio de transporte escogido para llegar a Vladivostok, es menester visitar la estación de trenes cuyo edificio maravilloso se encuentra situado en el centro de la ciudad. Se lo consideran uno de los más viejos y los más bellos de la capital marítima. La estación de ferrocarriles es una obra única de la arquitectura ferroviaria que es catalogada el monumento histórico y declarada uno de los símbolos más conocidos de Vladivostok.
La estación de trenes es la última parada del ferrocarril Transiberiano –la red ferroviaria más larga del mundo que comunica Moscú y Vladivostok–. Es el punto final de Rusia y el destino final para los que viajen de la parte europea del país a la oriental.
La estación de Vladivostok fue fundada junto con la vía ferroviaria en 1891. La primera piedra la puso el príncipe heredero Nicolás, el futuro emperador Nicolás II de Rusia. Él estaba ahí durante su viaje al Extremo Oriente. La estación fue inaugurada dos años después. El primer edificio de piedra se destacaba merced a la sencillez ascética y discreción de las formas arquitectónicas. La parte central tuvo un piso, y las dos laterales, dos pisos, cubiertos con el techo de metal. El suelo fue decorado con el embaldosado japonés que ha quedado intacto hasta hoy día. Además, parcialmente, ha sido conservada la baldosa de las paredes. El interior albergaba el horno holandés, ornamentado por los azulejos, que sirvió de la calefacción durante los inviernos.
No obstante, después de la inauguración de la estación de trenes Yaroslavsky en Moscú –de donde partían los trenes para el Extremo Oriente– la estación de Vladivostok fue remodelada a su imagen y semejanza. Merced a ese hecho el inicio y el final del ferrocarril Transiberiano obtuvo la armonía completa. Los ciudadanos bromeaban que los moscovitas tomando el tren en la estación Yaroslavsky vendrían a Vladivostok y de nuevo verían la estación Yaroslavsky.
Después de la remodelación, el edificio de la estación de Vladivostok parecía a los mejores monumentos de la arquitectura rusa del siglo XVII. Su cubierta fue coronada con el águila de dos cabezas, el símbolo del poder de Rusia. La fachada del Este fue adornada con el escudo mosaico de Krai de Primorie, la del Oeste fue decorada con el escudo de Moscú, Jorge de Capadocia en el caballo que mata la serpiente. Las paredes albergaron los relieves con los motivos folklóricos. Debía ser el testimonio de la unidad de Vladivostok y las regiones centrales de Rusia, así mismo la relación íntima con las tradiciones antiguas de la cultura rusa.
Tras la llegada de las autoridades soviéticas, el edificio fue renovado: el águila de dos cabezas fue eliminado, y los lienzos con escudos, escenas pintorescas fueron cubiertos con una capa gruesa de enlucido. Sólo a finales del siglo XX, debido a la maestría de los restauradores italianos y rusos el edificio histórico fue renovado así volviéndole su exterior prístino.
Lo más característico de la estación de ferrocarril es la cubierta inclinada con faldones. Además, es adornada por cresterías y pequeños tragaluces. Las paredes del edificio son cubiertas con el mosaico que representa los caballeros, aves, bayas y frutas fabulosas. Enfrente de la estación está una locomotora antigua, y cerca, se encuentra una estela coronada con una figura de águila de dos cabezas y una cifra “9288” que significa la distancia entre Moscú y Vladivostok.
Actualmente se puede no sólo admirarse del espléndido edificio histórico, sino andar por el camino adoquinado hecho en víspera de la visita del príncipe heredero a finales del siglo XIX.